viernes, mayo 05, 2006

Stand by

Tengo ocho ramos. Clases de lunes a jueves y la mañana de los sábados. Mis horarios son en la mañana, en la tarde y en la noche. Y, obviamente, mi tiempo libre se ha reducido a su mínima expresión.

Estoy pololeando con Juan. En realidad no sé cuánto más dure esto, no sé si quiero seguir pololeando ni mucho menos sé si tendría algún sentido decidir esto ahora.

La vida se complica. Una compañera de curso, excelente persona y muy linda por demás, no puede ocultar algunas intenciones extra-académicas conmigo. Aunque, claro, intento con la mayor sutileza posible darle a entender que de momento no tengo interés. Aunque, en verdad, nunca llegará tal interés.

A veces me gustaría tener una vida más sencilla. Con menos temas, tal vez algo más plana, pero donde las decisiones fueran en realidad inocuas, las opciones seguras, los argumentos razonables. Pero no es así. Mi vida es compleja. Es que, en verdad, yo también lo soy.

Y aquí estoy. En un stand by que no sé cuanto más va a durar. Una situación extraña, un híbrido, mezcla del desgano de resolver mi vida personal y de la nihilista filosofía del dejar que las cosas simplemente ocurran. Que diablos. Es que cuando no se cree en Dios, solo queda maldecir.