miércoles, junio 14, 2006

El "Maricómetro"

Una de las carácterísticas mas inexplicables de la homosexualidad es, tal vez, esa capacidad innata de detectar a otros del género con solo mirarlos. Esa capacidad la bauticé como "el maricómetro", es decir, aquella virtud que permite, con no mucho más que la mirada, determinar si el sujeto es o no gay e incluso (en modelos más sofisticados) descubrir aspectos más íontimos del sujeto en cuestión.

Si bien tengo absoluta claridad acerca de mi homosexualidad (más allá de toda duda) tengo que reconocer que no tengo ese don. En efecto, a menos que el asunto sea muy notorio, me es muy difícil advertir de buenas a primeras la tendencia sexual de alguien.

Tal vez se trate, simplemente, de una extensión más de mi insensibilidad o simplemente un resabio de mi troglodita cerebro, que se niega a evolucionar. Como sea, en algun sentido siempre he asumido que esa facultad, entrenada, innata o adquirida yo, simplemente (y más allá de cuál sea su origen) no la tengo.
Quienes me conocen saben de los chascarros que este tipo de omisiones me han ocasionado (Cuantas veces he oído la frase "pero cómo no te das cuenta que..." o la no menos frecuente "pero si se le nota demasiado") y de lo poco entrenado en estas lides que tengo mi instinto gay.

Por todo, he decidido hacer algunos ejercicios para agudizar mi "olfato". Y aunque no tengo costumbre, he decidido fijarme más en las personas, sus gestos, sus vestimentas delatoras y aconsejado por mis amigos, establecer ciertos tips de identificación rápida.

Aunque estoy lejos de poder identificar a alguien a la distancia, incluso cuando ésta resulta ser muy poca, espero poder desarrollar esa capacidad. Es que si bien no me complica el no tenerla, resulta ser un misterio difícil de comprender. Algo que, en algun sentido, resulta inexcusable en un gay urbano.