domingo, julio 16, 2006

¿Cambios?

Hubo un cambio de gabinete. Dejaron su puesto el ministro del Interior, el de Educación y la ministra de Economía. La oposición tildó el cambio de insuficiente, el oficialismo de simple ajuste y más allá de un par de olas, al final de cuentas el tema no pasó de ser lo que es y a estas alturas, lo que fue.

Usted, al igual que quien escribe este blog, puede tener o tiene una opinión acerca del asunto. Y es que es natural y obvio que las gestiones de los salientes tuvieran tropiezos (visibles o no de acuerdo a las circunstancias y al carisma de quien los comete) y que quienes asumen pueden tener un currículum con lagunas o vacíos. Pero seamos justos y concedamos que para ser ministro no hay título que garantice el éxito ni tampoco escuela que imparta ese oficio como carrera.

Ser ministro no es fácil. En un gobierno como el de Lagos, más que ministros eran secretarios del presidente, con un jefe que no colaboraba mucho y que no tenía ningún tapujo en dar las instrucciones incluso por la prensa. Y de la Presidenta Bachelet menos, pues cada cual desde sus propias carteras debe administrar un cúmulo de aspiraciones no siempre muy lógicas, enarboladas desde el extraño matiz fundacional en que se fundó la campaña primero y el ascenso al poder después, con esos niñitos vestidos de blanco corriendo frente a La Moneda y esos discursos en los cuales se prometían paridad y renovación, flores que una vez marchitas amarraron con sus espinas buena parte del quehacer de las autoridades recién asumidas.

Y mientras en La Moneda pasan estas cosas, en el sur intentan sacar con un tractor y una piola, un vehículo policial que fue arrastrado en medio de un fuerte temporal cuando dos carabineros intentaban salvar la vida de unos indigentes que dormían en el lecho de un río. Uno de ellos fue rescatado con vida mientras del otro aún no se recupera su cadáver.

Al tiempo, los argentinos anuncian que traspasarán el mayor costo del gas natural a los chilenos, mientras las autoridades intentan convencernos que nuestros vecinos siguen siendo de fiar en materias energéticas. Y lo del impuesto a los autos con placa patente chilena ya es un hecho, así como nuestro reclamo ante organismos internacionales por el tema. Y nuestras autoridades insisten en llevar el tema a organismos internacionales, como si no supiéramos que Argentina colecciona por tomos los tratados internacionales y los dictámenes de esos mismos organismos que simplemente, no cumple.

En mi planeta, tengo mañana la primera de una serie de pruebas solemnes. Y espero que me vaya bien. Porque, a diferencia de otros, yo no puedo culpar a las encuestas de mis malos resultados ni darlos por cerrado cambiando de gabinete y sonriendo a la cámara.