sábado, febrero 13, 2010

El Factor Ravinet

A no dudarlo, la nominación de Jaime Ravinet como futuro ministro de defensa en el gobierno de Sebastián Piñera, es la gran sorpresa del gabinete entrante.

No es cierto que en la derecha no hay gente dispuesta a asumir ese ministerio; por el contrario, las complicidades de antaño entre la milicia y el sector que asumirá el gobierno permiten suponer que, al menos, las relaciones entre La Moneda de Piñera y las Fuerzas Armadas estarán libres de los ripios que debió enfrentar la administración saliente, particularmente, durante el gobierno de Patricio Aylwin.

En realidad, la movida de Piñera tiene más de apuesta de futuro que de gesto presente. Ravinet, una figura que en la Concertación comenzaba a teñirse del tono sepia aylwinista, parecía haber agotado todas las posibilidades existentes para alguien de su perfil. Ex alcalde y ex ministro, no parecía claro que tuviera un lugar reservado en la nueva Concertación, esa de Tohá y Lagos Weber, que camina por la calle con zapatillas y enarbola conceptos como ciudadanía y equidad.

Por eso es que la inclusión de Ravinet en Defensa huele más bien a siembra de un díscolo antes que a otra cosa. La candidatura de MEO nos enseñó que, en política, no hay peor astilla que la del mismo palo. Si Ravinet ejerce su cargo de forma correcta, sin hacer olas (algo que en Defensa es más que probable), nada impide que en el 2014 se convierta en el próximo MEO. Victimizado como un incomprendido de la Concertación, ungido por el Presidente Piñera como un colaborador leal y eficiente, no es descabellado pensar en verlo como un presidenciable en algún tiempo más.

En la Concertación ya tomaron nota del golpe. Aunque le resten importancia, les duele ver a uno de los suyos en el gabinete; les preocupa, también, que otros sigan el camino de abandonar luengas militancias por la seguridad de un sueldo. Es que, a veces, ser oposición no convence tanto como la seguridad de tener un sueldo a fin de mes.