viernes, septiembre 08, 2006

Temer, tener. hacer, llorar...

Mientras me paseaba por la fascinante república de los blogs, llegué a uno titulado "open road..." Lo que leí ahí me recordó un episodio especialmente sensible, que me ocurrió algunos años atrás.

Estudiaba entonces en Valparaíso y vivía en Viña del Mar. La carrera me apasionaba entonces y ahora aún más; la ciudad de Valparaíso era y es una ciudad sencillamente espectacular para estudiar y Viña del Mar pareciera estar hecha para vivir.

La Universidad nunca me gustó. Egresado de un colegio católico que, aunque pluralista, era conservador, me decidí por una formación profesional laica. Pero terminé en una Universidad sin inquietudes, inerte, que más bien era una escuela de oficios antes que ese centro de pensamiento que pensé que iba a encontrar. Así las cosas, decidí simplemente aguantar hasta que reventara...

Cuando un buen día me rechazaron una licencia médica simplemente porque el encargado lo estimó así, sin explicación alguna de ningun tipo, al menos para entender porque se habían autorizado todas menos la mia, decidí que no quería seguir en una Universidad así y tomé la dolorosa decisión de volver a Santiago. Dejaba atrás varios años de vivencias, caminatas, paseos en bicicleta, mañanas con neblina...

Recuerdo que cuando entregué mi solicitud de suspensión, llegué a mi casa del centro de Viña y simplemente me senté en un sillón y prendí la radio. Como si la vida quisiera demostrar cuan irónica puede ser cuando se lo propone, comenzaba a sonar "Teardrop" de Massive Attack en la radio. Miraba la ventana y la neblina de la mañana aún no permitía ver el mar... pero no importaba. Comencé lentamente a llorar; lo hice por un rato hasta que la calma comenzó, en complicidad con el cansancio, a invadir mi cabeza.

Varios años han pasado desde aquello. Hoy en otra ciudad, en otra universidad y ya terminando mi carrera recuerdo ese episodio con cierta tristeza. Sabía entonces que dajaba atrás vivencias irrecuperables, que de volver no sería nunca como entonces, que mo retorno estaría mas cercano a un fracaso que a un éxito... es que, a veces, duele estar en lo correcto.