lunes, marzo 19, 2007

¿Así somos?

Mucho se habla del sectarismo de la sociedad chilena. Precisamente esta situación ha sido usada siempre por los defensores de la causa gay para señalarnos como una suerte de “víctimas” de una situación injusta y que dice relación con temas tales como la tolerancia e incluso con las libertades personales.

Sin embargo, la comunidad gay (que no tiene por qué ser mejor que la sociedad chilena de la que forma parte) reproduce en una particular escala ese mismo vicio. En efecto, quienes somos parte de ese grupo cerramos a ratos nuestras conciencias a ciertos temas e insistimos en otros, tristemente los mismos, sin alzar la mirada más allá de nuestras discos, nuestros artistas y en general nuestros tópicos. Tal vez por eso resulta a veces decepcionante la similitud (y francamente la pobreza) de los contenidos entre los “distintos” portales gay en internet, olvidándonos de sopetón de la muchas veces alabada creatividad que generalmente se le atribuye a nuestro segmento.

Me gustaría ver en las páginas gay una ventana a nuestra realidad que es diversa, moderna y variada (pero no necesariamente mejor), un reflejo de nuestros problemas fuera de la cama (que de los de sábanas se ha escrito demasiado), consejos útiles y sensatos acerca del mundo en el que vivimos. Y, como en pedir no hay engaño, me gustaría que se convirtieran en una ventana hace otras realidades, las del mundo “no-gay”. Sin embargo estas publicaciones electrónicas siguen copiándose los temas y los artículos unos a otros, reflejando una realidad sesgada de lo que es nuestro mundo (que es el mismo que el de los no-gay) y contribuyendo más que a la difusión de nuestra realidad, a promover una visión sectaria de lo que somos, alejando de paso cualquier tentativa de integración.

Pareciera ser que a los gays no nos puede gustar el rock, mucho menos podemos estar ajenos a la parranda nocturna o a la ropa más cara; por el contrario todos pasamos oyendo a Kylie Minogue, admiramos a Madonna, leemos a Jaime Bayly y alucinamos hasta las lágrimas con “Brokeback Mountain”, mientras pensamos de lunes a viernes donde ir a gastar nuestras lucas el fin de semana.

Tal vez, tengamos lo que merecemos.