lunes, junio 26, 2006

Santiago ER

El 15 de Mayo, CNN publicó una nota referente a la exhibición en HBO del docu-reality "Baghdad ER". Éste había grabado en un Hospital Militar en Ibn Sina, Iraq durante un día normal y mostraba cómo se le prestaban los primeros auxilios al personal de E.U.A.. CNN obtuvo acceso a un memorándum en el que el Teniente General Kevin Kiley (Cirujano Mayor del Ejército) manifestaba su preocupación por los `síntomas de stress post-traumático y la ansiedad (entre otras patologías) que el solo hecho de ver ese programa podría ocasionar en quienes lo vieran, particularmente los soldados que habían servido en Iraq y las familias de quienes en estos momentos se encuentran ahí.

Más allá de las justificaciones o no a la guerra en Iraq, esta nota me llamó profundamente la atención. Siempre he pensado que cuando la realidad nos supera, ya por ser más terrible de lo que nos queremos enterar o simplemente por ser más compleja de lo que podemos comprender, cada cual recurre a sus propios mecanismos de defensa, como en la negación (creer que lo que ocurre en verdad no es tal) . Pero a veces la realidad salta justo enfrente nuestro y no nos es posible esquivarlas; entonces, conviene verlas y al menos intenar entenderlas.

Hago esta reflexión porque pocos días después de publicada esa nota, inició el conflicto estudiantil. Y también más allá de cualquier discusión al respecto, quiero centrarme en un solo hecho. Los estudiantes pedían algo así como una trilogía: La PSU gratis, el pase escolar gratis y una revisión a la L.O.C.E. (Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza). Todas estas demandas que tenían en común ser muy concretas y a las cuales adherimos buena parte de los chilenos.

¿Qué tiene que ver el documental de HBO con las movilizaciones estudiantiles? Nada, aparte de ser foco de atención en sus respectivos países. Pero resulta al menos paradójico que mientras aquí en Chile (un país pobre, subdesarrollado y con bajos estándares en casi todo) los estudiantes capturaban la atención de los medios con increíbles marchas y coloridos cánticos, más allá de nuestras fronteras, en el lejano Estados Unidos De América (la cuna de la cultura y el punto de referencia obligado cuando hablamos de desarrollo) el stress de las familias de los soldados americanos (despertado por un simple documental de televisión) se constituía en tema de portadas.

Sin intentar deslucir las movilizaciones de los secundarios, que hicieron historia en un país dominado por la apatía y amante de la inercia, creo que hay un punto interesante aquí. Y es que a ratos nos parece que nuestras tragedias cotidianas son inmensas y que nada más terrible nos puede pasar. Y si bien creo que muchas de esas situaciones son de verdad incómodas, molestas y que merecen la atención y una solución de parte de la autoridades, a ratos hace bien alzar la cabeza y mirar más allá de la cordillera.

Así que cuando tomes una micro pagando más por un servicio cada vez peor o cargues el estanque de tu auto por casi el doble de dinero con que lo hacías hace ni tanto tiempo atrás, recuerda que allá, muy lejos de tu casa, alguien está orando por que su hijo esté con vida y aún más alla, ese hijo reza por llegar esa noche con vida a su cuartel, sano y salvo y no como aquellos retratados en Baghdad ER.