sábado, diciembre 23, 2006

Elsa Braun

"A Elsbeth, todo el mundo le decía Elsa. Al enviudar heredó una gran fortuna de su marido, Óscar Braun Hamburger. La mujer, establecida en Viña del Mar, creó los estatutos de la Fundación Óscar y Elsa Braun con un propósito: becar a doctores en el extranjero para que adquirieran conocimientos que los hicieran capaces de combatir la tuberculosis. Ya entonces (década de los ’50), Elsa explicitó que “si con el tiempo se descubriera el remedio eficaz (...) se pueden o deben dedicarse los estudiantes entonces a otras especialidades”. La mujer, sin descendencia, dejó meridianamente claro que la fundación “será la única y universal heredera de todos mis bienes”. El primero de noviembre de 1956, Elsa falleció (La Nación Domingo, 19 de Noviembre de 2006)."

La prensa ha cubierto ampliamente la disputa entre las hermanas Sonia y Myra Poklepovic Braun (miembras ambas del directorio de la fundación) y Juan Braun Lyon, primo de las hermanas Poklepovic y Presidente de la Fundación Braun. Las versiones apuntan a que Juan Braun Lyon, desde la presidencia de la Fundación Braun, habría invertido la totalidad de los fondos de la fundación en activos de empresas propiedad del empresario Manuel Cruzat. Lo anterior en contravención al reglamento de la fundación que prohíbe inversiones en valores que no sean “de primera categoría comercial y financiera, que sean estables, de presente cierto y de futuro halagador y que, en todo caso, hayan pagado dividendo por cinco años seguidos en los últimos años". A mayor abundamiento indica que "...en ningún caso deberán hacerse inversiones en valores mineros, ni bienes raíces, ni fundos rústicos, ni valores extranjeros o monedas extranjeras..."Los valores en los cuales se invirtió no cumplen con tales requisitos.

En su defensa, el cuestionado Juan Braun Lyon ha señalado que tales inversiones constituyen excelentes negocios para la fundación, que han permitido multiplicar incluso el patrimonio de la fundación (basado en un estudio referido a la valorización de los activos cuya adquisición se cuestiona) y sin pronunciarse respecto del fondo de las acusaciones.

Cualquiera que sea la cuestión respecto de la solidez y rentabilidad de tales inversiones, tema que podemos discutir largamente y cuyo debate se ha trasladado a sede judicial, hay algunos puntos que me llaman la atención.

Probablemente sea largo el debate respecto de la pertinencia de la querella de estafa, asociación ilícita y malversación de fondos. Y así como se han escrito muchas líneas respecto de lo que ha sido (y muchas más se escribirán cuando acabe, cualquiera que sea el desenlace) hay un hecho que es innegable: muchos de quienes circulamos por la vida como simples hijos de vecino, nunca habríamos sabido de la existencia de Elsa Braun.

Me refiero a la acaudalada millonaria viñamarina que, sensibilizada por la tuberculosis (el SIDA de la época) decidió destinar íntegramente su patrimonio para que, una vez fallecida, se empleara en la capacitación de médicos que pudieran vencer ese mal y los que vinieran después.

Sabemos de esta historia por hechos bastante más contemporáneos (y muchos menos romanticos) al afán filantrópico de Elsa, relacionados con actuaciones no muy claras de quienes administran hoy su fortuna. Pero no olvidemos que todo esto es gracias a que Elsa Braun decidió dar a su patrimonio un fin bastante más loable que el engrosar la fortuna de algún pariente perdido.

Creo que es la Biblia la que dice que "por sus obras los conoceréis". Bien, por tus obras te conocimos Elsa Braun. Y a ti, ¿por qué obras te conocerán?.